Los ataques en ciberseguridad pueden tomar muchas formas, desde la explotación de vulnerabilidades en el software o en la infraestructura de red hasta el phishing, la ingeniería social y el ransomware. Los atacantes también pueden utilizar técnicas de evasión y camuflaje para ocultar sus actividades y evitar la detección.
Un ataque activo es una forma de ciberataque en el que los atacantes explotan vulnerabilidades en sistemas o redes con el objetivo de causar daño, obtener acceso no autorizado, robar información o interferir con el funcionamiento normal. Estos ataques son más directos y agresivos que los ataques pasivos y pueden tener un impacto significativo en el sistema o red afectada. El atacante tiene un control activo y directo sobre la ejecución del ataque y pueden modificar o manipular el sistema o información. Estos ataques son sofisticados y están diseñados para evadir la detección. Algunos ejemplos de ataques activos incluyen ataques de denegación de servicio (DoS), ataques de inyección de SQL, phishing y malware.
Los rasgos de un ataque activo incluyen:
Además, los ataques activos también suelen ser altamente sofisticados y estar dirigidos por grupos de ciberdelincuentes altamente capacitados. Estos ataques a menudo requieren una planificación minuciosa y la utilización de herramientas y técnicas sofisticadas para lograr sus objetivos.
Un Ataque CAM Table Overflow es un tipo de ataque cibernético que se produce en los dispositivos de conmutación de red. La tabla CAM (Content Addressable Memory) es una tabla que almacena la información sobre los dispositivos conectados a una red y la dirección MAC asociada con cada dispositivo. La tabla CAM tiene un tamaño limitado y, cuando se llena, los dispositivos adicionales que se conectan a la red no pueden ser registrados.
Este tipo de ataque se produce cuando un atacante envía un gran número de paquetes con direcciones MAC falsas a un switch. Como resultado, la tabla CAM se llena y los paquetes adicionales no pueden ser registrados, lo que lleva a una interrupción del tráfico de red.
Los Ataques CAM Table Overflow tienen un impacto significativo en la disponibilidad de una red, ya que pueden interrumpir el tráfico de red y causar una denegación de servicio. También pueden aumentar la latencia en la red y dificultar la detección y la resolución de otros problemas de seguridad.
Un ataque combinado es una técnica de ataque cibernético en la que se combinan diferentes tipos de ataques para obtener un objetivo más efectivo. En este tipo de ataques, los ciberdelincuentes utilizan una combinación de técnicas para superar las defensas de seguridad y obtener acceso no autorizado a los sistemas o redes.
Un ejemplo común de un ataque combinado es una combinación de un ataque de denegación de servicio (DoS) y un ataque de suplantación de identidad ( spoofing). En este escenario, el atacante primero lleva a cabo un ataque DoS para interrumpir el tráfico de red y asegurarse de que los usuarios no puedan acceder a los recursos de la red. Luego, el atacante utiliza técnicas de spoofing para hacerse pasar por un usuario legítimo y obtener acceso no autorizado a los sistemas o redes.
Para protegerse contra los ataques combinados, es importante tomar medidas de seguridad adecuadas, como mantener actualizados los sistemas y las aplicaciones, implementar soluciones de seguridad en línea, monitorear constantemente la actividad en la red y formar a los empleados sobre la seguridad cibernética.
Un ataque DDoS (Distributed Denial of Service) es un tipo de ataque cibernético que busca interrumpir el acceso a un servidor o sistema a través de una inundación masiva de tráfico no deseado. Estos ataques se llevan a cabo mediante la utilización de un gran número de dispositivos infectados, conocidos como “bots”, que envían un gran volumen de solicitudes al servidor o sistema objetivo.
El objetivo de un ataque DDoS es causar una sobrecarga en el sistema objetivo, lo que resulta en una interrupción en el servicio y la imposibilidad de acceder a los recursos en línea. Estos ataques pueden causar una gran cantidad de daño, especialmente a las empresas que dependen de sus sitios web para realizar transacciones comerciales o interactuar con sus clientes.
Hay varios tipos de ataques DDoS, incluyendo ataques de flooding (inundación), ataques de sobrecarga y ataques de protocolo. Los ataques de flooding envían una cantidad masiva de paquetes de datos al servidor objetivo, lo que resulta en una sobrecarga y la interrupción del servicio.
Un ataque de fuerza bruta es un intento de descifrar una contraseña o nombre de usuario, de buscar una página web oculta o de descubrir la clave utilizada para cifrar un mensaje, que consiste en aplicar el método de prueba y error con la esperanza de dar con la combinación correcta finalmente. Se trata de un antiguo método de ataque, pero sigue siendo eficaz y goza de popularidad entre los hackers.
En función de la longitud y complejidad de la contraseña, descifrar puede llevar desde unos segundos hasta varios años. De hecho, apunta a que algunos hackers tienen los mismos sistemas como objetivo a diario durante meses e, incluso, años.
Para adivinar la contraseña de un usuario o sitio concreto es necesario mucho tiempo, por lo que los hackers han desarrollado herramientas que agilizan esta tarea.
Los diccionarios son la herramienta más básica. Algunos hackers utilizan diccionarios íntegros y amplían palabras con ayuda de caracteres especiales y números, o bien utilizan diccionarios especiales, aunque este método de ataque secuencial resulta engorroso.
Un Ataque Replay o Ataque de Reproducción, sucede cuando un actor malicioso intercepta y luego repite una transmisión de datos válida que pasa por una red. Esto es posible, porque el atacante ha logrado acceso a credenciales válidas para la red. Debido a esto, los protocolos de seguridad de la red tratan el ataque como si fuera una transmisión de datos normal. De esta manera, el atacante puede realizar su ataque sin mayores problemas.
Los Ataque Replay afectan muy especialmente a la tecnología blockchain, debido a su funcionamiento como sistema distribuido. Ello se debe a que precisamente esta estructura de funcionamiento facilita este tipo de acciones maliciosas. Todo lo que necesitas es tener acceso a credenciales válidas y que el ataque se lleve en el momento indicado, con ello suficiente para alcanzar el éxito.
Los ataques diccionario son una técnica de hackeo en la que un atacante utiliza una lista de palabras comunes o frases como contraseñas para acceder a una cuenta o sistemas. Este tipo de ataques son particularmente efectivos porque muchas personas utilizan contraseñas fáciles de adivinar, como “123456” o “contraseña”.
Los ataques de diccionario pueden ser realizados de forma automatizada por software malicioso que prueba las palabras de un diccionario contra un objetivo específico. Estos programas de software son conocidos como “bots de diccionario” y pueden ser utilizados para atacar una amplia gama de objetivos, incluyendo cuentas de correo electrónicos, sitios web, redes sociales y sistemas empresariales.
Una forma efectiva de protegerse contra los ataques de diccionario es utilizar contraseñas seguras y cambiarlas regularmente. Las contraseñas seguras son aquellas que tienen una combinación de letras, números y símbolos, y son largas y únicas para cada cuenta. También es importante habilitar la autenticación de dos factores (2FA) en las cuentas que la permitan, lo que agrega una capa adicional de seguridad.
Un ataque dirigido es una forma de ciberataque en la que un atacante se enfoca en un objetivo específico, ya sea una empresa, un individuo o un grupo de individuos. Estos ataques son diferentes a los ataques masivos, que buscan afectar a un gran número de víctimas al mismo tiempo.
Los ataques dirigidos suelen ser más sofisticados y personalizados que otros tipos de ataques cibernéticos. Estos ataques pueden incluir técnicas como el phishing, la ingeniería pueden utilizar herramientas de hacking y exploits para acceder a sistemas y dispositivos.
Hay varios tipos de ataques dirigidos, incluyendo:
Un ataque homográfico es un tipo de ataque criptográfico que se enfoca en manipular criptografías homomórficas. La criptografía homomórfica permite a los usuarios realizar cálculos en datos cifrados sin tener que descifrarlos primero. Esto significa que los usuarios pueden analizar y procesar datos sensibles sin tener que revelar su contenido.
Los ataques holográficos son difíciles de detectar debido a su naturaleza encriptada. Los atacantes pueden manipular los datos cifrados de manera sutil para alterar los resultados de las operaciones. Esto puede llevar a resultados erróneos o a la explosición de información confidencial.
Un ejemplo de ataque homográfico es cuando un atacante manipula los resultados de un sistema de votación en línea. Si el sistema utiliza criptografía homomórfica, los votos pueden ser manipulados sin que los administradores del sistema se den cuenta.
Para protegerse contra los ataques holográficos, es importante utilizar criptografías homomórficas seguras y establecer controles rigurosos para asegurarse de que los datos se procesen correctamente. También es recomendable realizar auditorías regulares y monitorear el sistema para detectar cualquier actividad sospechosa.
Un ataque pasivo es una técnica utilizada por los atacantes cibernéticos para obtener información sin interferir directamente en el funcionamiento de un sistema o dispositivo. En lugar de interferir activamente, los atacantes pasivos recopilan información a través de la observación y el monitoreo. Estos ataques pueden ser difíciles de detectar, ya que no causan interrupciones evidentes en el funcionamiento normal del sistema.
Un ejemplo de ataque pasivo es el monitoreo de tráfico de red para recopilar información confidencial, como contraseñas o información bancaria. Los atacantes pueden utilizar herramientas como sniffers de red para interceptar y monitorear el tráfico de datos sin interferir directamente en su transmisión.
Otro ejemplo es la escucha de dispositivos inalámbricos para recopilar información sensible. Los atacantes pueden utilizar software especializado para escuchar las señales inalámbricas y recopilar información sobre dispositivos, redes y usuarios.
Para protegerse contra los ataques pasivos, es importante implementar medidas de seguridad adecuadas, como el cifrado de datos sensibles y la autenticación de usuarios. También es importante monitorear regularmente el tráfico de red y los dispositivos inalámbricos para detectar cualquier actividad sospechosa.
La Denegación de Servicio (también conocida como DoS, por sus siglas en inglés) es un tipo de ataque cibernético que tiene como objetivo sobrecargar un servidor, un sistema informático o una red con una gran cantidad de tráfico o solicitudes, impidiendo que el servicio se encuentre disponible para los usuarios legítimos.
El ataque de denegación de servicio puede ser realizado de diferentes maneras, como por ejemplo, a través del envío masivo de peticiones desde un gran número de dispositivos comprometidos (como botnets) o mediante la saturación de los recursos del servidor o de la red con una gran cantidad de solicitudes falsas o maliciosas.
El impacto de un ataque de denegación de servicio puede ser muy grave, ya que puede dejar fuera de servicio una página web, servicio en línea, aplicación o sistema crítico, impidiendo que los usuarios legítimos puedan acceder a ellos. Esto puede afectar la reputación, la confianza y la rentabilidad de una empresa, así como su capacidad para realizar operaciones cotidianas.
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