La gestión de la seguridad consiste en el proceso de máximo nivel que cataloga los activos de TI de una empresa y desarrolla la documentación y políticas para protegerlas frente a amenazas internas, externas y cibernéticas. La gestión de la seguridad resulta importante porque otorga a las empresas y organizaciones unas bases fiables y contrastadas para proteger sus infraestructuras ante la pérdida, el robo y la disrupción, principalmente en el ámbito de la ciberseguridad.
Se divide en 3 distintos tipos: gestión de incidentes, gestión de políticas y gestión de contraseñas.
La gestión de incidentes se refiere al proceso de identificar, evaluar, responder y resolver incidentes de seguridad en una organización. Un incidente de seguridad es cualquier evento que represente una amenaza o daño a los sistemas o datos de una organización, y puede incluir ciberataques, fugas de datos, errores humanos, desastres naturales, entre otros.
La gestión de políticas se refiere al proceso de establecer, implementar y mantener políticas de seguridad en una organización. Las políticas de seguridad son un conjunto de reglas, directrices y procedimientos que definen cómo se manejan los activos de información y se protegen contra amenazas de seguridad.
La gestión de contraseñas es un proceso mediante el cual se establecen y mantienen las contraseñas utilizadas para acceder a cuentas y sistemas de información, con el objetivo de proteger la seguridad de la información.
– Haz un inventario de todas tus cuentas en línea, incluyendo sitios web, aplicaciones y servicios que requieren contraseñas.
– Para cada cuenta, genera una contraseña fuerte y única. Las contraseñas fuertes suelen incluir una combinación de letras mayúsculas y minúsculas, números y caracteres especiales.
– Evita el uso de información personal, como nombres, fechas de nacimiento o palabras comunes que puedan adivinarse fácilmente.
– Considera el uso de frases de contraseña o palabras que no tengan un significado obvio pero que puedas recordar fácilmente.
– Utiliza un gestor de contraseñas para almacenar y organizar tus contraseñas. Los gestores de contraseñas como LastPass, Dashlane o 1Password pueden generar contraseñas seguras y recordarlas por ti.
– Asegúrate de que el gestor de contraseñas tenga un nivel alto de seguridad y utilice un cifrado sólido.
– Habilita la autenticación de dos factores siempre que sea posible para tus cuentas. Esto añadirá una capa adicional de seguridad al requerir un segundo método de verificación además de la contraseña.
– Cambia tus contraseñas periódicamente, incluso si no hay indicios de una violación de seguridad. Esto reduce el riesgo de que una contraseña comprometida sea utilizada en el futuro.
– Configura preguntas de seguridad o procedimientos de recuperación de contraseñas que sean difíciles de adivinar para otros.
– Evita utilizar información que se pueda encontrar en tus redes sociales o en línea, como nombres de mascotas o lugares de nacimiento.
– Configura notificaciones de inicio de sesión o alertas de actividad inusual en tus cuentas si el servicio lo permite.
– Verifica periódicamente tus cuentas en busca de actividad sospechosa.
– Mantente al tanto de las mejores prácticas de seguridad en línea y educa a tus amigos y familiares sobre la importancia de la gestión de contraseñas seguras.
– Asegúrate de que tus dispositivos estén protegidos con contraseñas o bloqueos de pantalla y que estén configurados para bloquearse automáticamente después de un período de inactividad.
– Asegúrate de tener un proceso de recuperación de contraseñas seguro y respaldado en caso de que olvides la contraseña principal de tu gestor de contraseñas.
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