DNS son las siglas de “Domain Name System” o Sistema de Nombres de Dominio en español. Se trata de un sistema informático distribuido y jerárquico que se utiliza para asociar nombres de dominio (como “google.com” o “facebook.com”) con direcciones IP (como 216.58.194.174 o 31.13.85.36) que identifican a los servidores que alojan los recursos de internet como sitios web, servidores de correo electrónico, entre otros.
El DNS funciona como un directorio telefónico de Internet, permitiendo que los usuarios puedan escribir fácilmente nombres de dominio en los navegadores web en lugar de tener que recordar las direcciones IP de los servidores que alojan los recursos.
Cuando un usuario ingresa un nombre de dominio en un navegador web, el sistema DNS busca la dirección IP asociada al nombre de dominio y lo redirige al servidor que aloja el recurso correspondiente.
DNSSEC es una extensión del protocolo de DNS (Sistema de Nombres de Dominio) que agrega seguridad adicional para garantizar la autenticidad y la integridad de la información proporcionada por el DNS.
DNSSEC utiliza criptografía de clave pública para asegurar que la respuesta de DNS que se recibe desde un servidor de nombres es auténtica y no ha sido modificada durante el tránsito.
La seguridad del DNS es crítica para proteger a los usuarios de Internet de los ataques de phishing y otras formas de ciberataques. DNSSEC resuelve los problemas de seguridad inherentes del DNS al agregar firmas digitales y autenticación de claves criptográficas para verificar la autenticidad de la información de DNS que se recibe.
En la práctica, DNSSEC agrega registros de firmas digitales y autenticación de claves criptográficas para cada nombre de dominio en la jerarquía de DNS. Esto permite a los clientes de DNS verificar que la información proporcionada por un servidor DNS es auténtica y no ha sido modificada en tránsito.
El envenenamiento del DNS (Domain Name System) es un tipo de ataque informático en el que se manipulan las respuestas del servidor DNS para redirigir el tráfico de Internet a sitios maliciosos o fraudulentos. En el envenenamiento del DNS, un atacante puede manipular las respuestas del servidor DNS para que un nombre de dominio apunte a una dirección IP diferente y maliciosa.
Las principales acciones que realiza el envenenamiento de DNS son las siguientes:
Un atacante intenta sobrescribir o corromper la información almacenada en la caché de un servidor DNS. Esto puede hacerse inyectando registros DNS falsos o maliciosos en la caché, de manera que cuando se realice una consulta de resolución de nombres, se devuelva la dirección IP incorrecta, redirigiendo a los usuarios a sitios web controlados por el atacante.
Una vez que el servidor DNS ha sido envenenado, los usuarios que intenten acceder a un sitio web legítimo pueden ser redirigidos a sitios web falsos o maliciosos diseñados para robar información confidencial, como contraseñas o datos de tarjetas de crédito.
El envenenamiento de DNS también se utiliza en ataques de suplantación de identidad, donde los atacantes hacen que un sitio web malicioso se parezca visualmente al sitio legítimo para engañar a los usuarios.
En algunos casos, el envenenamiento de DNS se utiliza como parte de un ataque de intermediario, donde un atacante se sitúa entre el usuario y el servidor legítimo para interceptar y modificar el tráfico de datos.
A continuación, se presentan algunas características del DNS:
El DNS es esencial para la navegación en Internet al traducir nombres de dominio en direcciones IP. Opera en una jerarquía descentralizada y utiliza registros DNS para almacenar información clave.
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