Los avances tecnológicos han brindado numerosos beneficios, pero también han dado lugar a desafíos significativos. Uno de estos desafíos es la suplantación de identidad, un fenómeno que ha evolucionado con una nueva y preocupante dimensión: su ejecución en tiempo real.
Esta modalidad de fraude digital, donde los ciberdelincuentes aprovechan la velocidad de las comunicaciones digitales para asumir identidades ajenas, plantea una amenaza dinámica y en constante evolución.
La suplantación de identidad no solo afecta a las personas, sino también a las empresas, lo que subraya la importancia de tomar medidas proactivas para prevenir y combatir este delito.
La suplantación de identidad en tiempo real se ejecuta con tal solo hacer un clic. La proliferación de correos electrónicos aparentemente legítimos, sitios web duplicados, y mensajes manipulados diseñados para engañar a los destinatarios y hacer que revelen información sensible como contraseñas o datos personales, ha hecho que la suplantación de identidad sea una amenaza omnipresente en el ciberespacio. Los ciberdelincuentes se aprovechan de la confianza de los usuarios, simulando comunicaciones auténticas de organizaciones legítimas o conocidas.
Los estafadores utilizan diversas técnicas, como el phishing, vishing e incluso el “spear-phishing” o suplantación de identidad focalizada, para crear mensajes personalizados que parecen ser de fuentes confiables, lo que les ayuda a evitar las funciones de seguridad tradicionales de los correos electrónicos como los filtros de correo basura.
Existen varios tipos de suplantación de identidad, cada uno con sus propias características y riesgos asociados.
Ocurre cuando un individuo utiliza la identificación personal de otra persona para cometer fraudes, realizar transacciones no autorizadas, adquirir beneficios de programas de apoyo gubernamentales, realizar compras, solicitar créditos financieros, hipotecarios, entre otros.
El robo de la firma ya sea electrónica o en su forma tradicional, es un delito que conlleva graves consecuencias financieras y legales. Su mal uso puede resultar en diversos tipos de fraude, ya que equivale a una firma autógrafa.
La clonación de tarjetas de crédito o débito es un delito que implica la creación no autorizada de copias de estas tarjetas con el fin de realizar transacciones fraudulentas.
Los estafadores pueden disponer de esta información haciendo que la víctima facilite sus datos en sitios webs fraudulentos o utilizando uno de los métodos más comunes a través de un dispositivo llamado “skimmer”, el cual copia la información de la banda magnética de la tarjeta. Esta información luego es utilizada para crear una tarjeta clonada.
La estafa telefónica es un tipo de fraude en el que los delincuentes se hacen pasar por representantes de empresas o entidades legítimas para obtener información personal o financiera de las víctimas.
Esta técnica se conoce como “Spoofing” e implica falsificar la información transmitida a través del identificador de llamadas, mostrando un número de teléfono diferente al del teléfono desde el cual se realiza la llamada.
La suplantación digital ocurre cuando una persona se apropia indebidamente de la identidad digital de otra para fines malintencionados.
Esto incluye la creación de perfiles falsos en redes sociales de otra persona o empresa, el envío de mensajes privados o la publicación de contenido en nombre de la víctima.
Este tipo de suplantación puede tener consecuencias negativas, como el daño reputacional a la marca, la pérdida de confianza de clientes y proveedores, y costos económicos derivados del incidente.
Para identificar posibles comunicaciones fraudulentas, lo principal es verificar la URL del sitio web o la dirección del email, ya que pueden ser ligeramente diferentes y dan una señal de falsedad.
Además, es importante tener cuidado con las solicitudes entrometidas, como la petición de códigos PIN o información de tarjetas por correo electrónico, ya que las organizaciones legítimas rara vez solicitan esta información.
Asimismo, se aconseja no hacer clic en enlaces ni llamar a números proporcionados en correos electrónicos o mensajes de texto sospechosos, y por mayor seguridad, es recomendable contactar directamente a la institución o persona en cuestión para verificar la legitimidad de la solicitud.
Ante un caso de suplantación de identidad, es fundamental tomar medidas para combatir y prevenir este delito. Algunas acciones que se pueden llevar a cabo incluyen:
La educación y la concienciación son clave para protegernos contra la suplantación de identidad. Debemos estar actualizados sobre las últimas técnicas utilizadas por los delincuentes y enseñar a nuestros seres queridos cómo reconocer y evitar estos ataques. Además, es importante utilizar software antivirus y mantener nuestros dispositivos actualizados para reducir los riesgos de seguridad.
En un contexto de digitalización extrema, la verificación de identidad en línea y en tiempo real se ha vuelto fundamental, especialmente con la rápida migración de los clientes a los servicios digitales, como la banca en línea y el comercio electrónico. En este escenario, la protección de nuestra identidad exige atención constante y medidas proactivas para mitigar sus riesgos.
Celia Gómez
BD COMPUTER SCIENCE/ROBÓTICA
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