CSRF son las siglas en inglés de “Cross-Site Request Forgery” (falsificación de petición en sitios cruzados), una técnica de ataque en la que un atacante engaña a un usuario para que realice acciones no deseadas en un sitio web legítimo en el que el usuario está autenticado.
El CSRF (Cross-Site Request Forgery) es un tipo de ataque en el que un atacante engaña a un usuario autenticado para que realice acciones no deseadas en un sitio web en el que el usuario tiene una sesión abierta. El atacante logra esto al hacer que el usuario visite una página web maliciosa que contiene código que envía solicitudes HTTP a otro sitio web en nombre del usuario, sin que este lo sepa. Aquí te explico cómo funciona el CSRF:
Para prevenir ataques CSRF, los desarrolladores de sitios web pueden implementar medidas de seguridad.
Genera un token único y aleatorio para cada sesión de usuario y asegúrate de que este token se incluya en cada formulario o solicitud que realice cambios en el estado del servidor.
Verifica que el token enviado por el usuario coincida con el token asociado a su sesión en el servidor antes de procesar la solicitud.
Configura correctamente las políticas de CORS (Cross-Origin Resource Sharing) para limitar las solicitudes solo a los dominios específicos que deberían tener acceso a tu aplicación web.
Utiliza encabezados como Origin y Access-Control-Allow-Origin para controlar las solicitudes cruzadas.
Configura las cookies de sesión con el atributo “SameSite” para limitar su acceso a solicitudes del mismo sitio (Same-Site Cookies).
Esto evita que las cookies se envíen en solicitudes cruzadas y ayuda a prevenir ataques CSRF.
Marca las cookies de sesión como “HttpOnly” para que no puedan ser accedidas ni modificadas por JavaScript. Esto reduce la exposición de las cookies a ataques CSRF.
Verifica que las solicitudes entrantes provengan de fuentes legítimas al comprobar el encabezado “Referer” y/o el encabezado “Origin“.
Sin embargo, ten en cuenta que estos encabezados pueden ser falsificados en ciertas circunstancias, por lo que no deben ser la única medida de seguridad.
Limita la validez de los tokens anti-CSRF en tiempo y asocia un período de tiempo limitado durante el cual un token es válido.
Refresca o renueva los tokens regularmente para evitar la reutilización de tokens expirados.
Implementa la autenticación de doble factor para ciertas acciones críticas o sensibles. Esto puede ayudar a prevenir ataques incluso si un atacante logra realizar solicitudes no autorizadas.
Asegúrate de que todos los componentes de tu aplicación, como frameworks, bibliotecas y servidores web, estén actualizados con los últimos parches de seguridad.
Educa a los usuarios sobre los riesgos de seguridad, como no abrir enlaces o correos electrónicos de fuentes no confiables, y fomenta buenas prácticas de seguridad.
Realiza pruebas de seguridad, como pruebas de penetración y escaneos de vulnerabilidades, para identificar posibles vulnerabilidades de CSRF en tu aplicación.
Estos ataques demuestran la importancia de protegerse contra esta vulnerabilidad en las aplicaciones web para prevenir que los atacantes realicen acciones no deseadas en nombre de los usuarios autenticados. La implementación de tokens anti-CSRF y otras medidas de seguridad adecuadas es esencial para mitigar este tipo de amenazas.
En 2008, se descubrió un ataque CSRF en Facebook. Los atacantes podían engañar a los usuarios para que hicieran clic en un enlace malicioso que, sin su conocimiento, publicaba actualizaciones de estado o realizaba otras acciones en sus perfiles.
Un ataque CSRF en Gmail permitía a un atacante cambiar la configuración de la cuenta del usuario, incluyendo la reenviación de correos electrónicos o el cambio de contraseña. Esto podría dar lugar a un secuestro de la cuenta.
Un ataque CSRF en YouTube permitía a un atacante suscribir al usuario a canales de YouTube o agregar videos a sus listas de reproducción sin su consentimiento.
En 2010, se descubrió un ataque CSRF en Twitter que permitía a un atacante hacer que un usuario retwiteara mensajes o siguiera a cuentas sin su permiso.
Un ataque CSRF en PayPal permitía a un atacante realizar transacciones financieras en nombre de un usuario autenticado. Esto podría llevar al robo de fondos.
En 2018, se informó de un ataque CSRF que permitía a un atacante cambiar las credenciales de administrador de un sitio web WordPress, lo que podría dar lugar a la toma de control del sitio.
Un ataque CSRF en un router doméstico podría permitir a un atacante cambiar la configuración de red, como las contraseñas de Wi-Fi o las reglas de firewall, sin el conocimiento del propietario del router.
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