Resumen
Los clientes van a elegir a las empresas según si confían en ellas o no. Es por ello por lo que estas deben demostrar que protegen sus activos. La clave está en entender que se debe tomar un cambio en la mentalidad hacia una visión más estratégica y menos reactiva frente a los ciberataques. En este artículo, se conocerá cómo la ciberseguridad, comúnmente asociada al ámbito operativo, puede surgir como un factor estratégico al convertir los ciberataques en oportunidades.
Introducción
Cada día, el mundo virtual hace que las personas estén menos presentes en la vida real. Las personas son cada vez más dependientes de la tecnología y de la información. Sin embargo, este aumento en la dependencia tecnológica también ha hecho que las empresas se encuentren más vulnerables ante los ciberataques. Es precisamente la información, considerada uno de los activos más valiosos para las compañías la que se ha convertido e
n un blanco clave para los ciberdelincuentes que buscan poder o simplemente caos.
Los ciberataques no son simplemente incidentes aislados, sino que los datos comprometidos suponen un golpe en la reputación de la empresa y en la confianza que sus clientes depositan en ella. Es, por tanto, el momento en el que la ciberseguridad se posiciona, no solo como una barrera defensiva, sino como un pilar que influye en la percepción de la marca y un valor diferencial en un mercado que se encuentra altamente conectado.
Pero ¿Qué es la ciberseguridad para una empresa? Y ¿Cómo puede transformarse un desafío como un ciberataque en una oportunidad para fortalecer la confianza del cliente y mejorar la percepción de una empresa en el mercado.
La Ciberseguridad en la Empresa
En primer lugar, según Saavedra Montejo (2022), se entiende por ciberseguridad la protección frente a ciberamenazas de datos, software y hardware, entre otros sistemas conectados a internet. Con el aumento en el uso de dispositivos conectados a la red, el riesgo de ciberataques aumenta. Este no solo provoca gastos directos, sino que también supone gastos derivados de la pérdida de ventas.
Los ataques hacia las empresas se pueden realizar hacia tres objetivos determinados: los activos digitales, la imagen de la organización en el mercado y los canales de comunicación. Y, en función del objetivo, se lanzará un ataque concreto. Cuando el objetivo son los activos digitales, se ataca a los datos de clientes, proveedores, personal o, incluso, a información de campañas con el objetivo de lanzar una contracampaña. Cuando el objetivo es la propia imagen de la organización, en ocasiones se intenta suplantar la identidad corporativa de alguien. Y, cuando se ataca a los canales de comunicación, se puede atacar por ejemplo al correo electrónico o a la página.
Construcción de Confianza y Reputación
Considerando estos ataques y su impacto en diferentes aspectos de una empresa, la ciberseguridad se convierte en un factor crítico para poder ganarse la confianza de los clientes. En un contexto donde la información personal es cada vez más valorada por los usuarios, las empresas deben garantizar la protección de datos y, serán estas las que se posicionarán como líderes en el mercado.
La reputación, una vez dañada es difícil de recuperar y, es uno de los aspectos que se ven afectados tras un ciberataque. Es por ello por lo que las organizaciones que inviertan en estrategias sólidas de ciberseguridad no solo están protegiendo sus activos digitales de los ciberataques, sino que también estarán fortaleciendo su relación con los clientes, lo que supondrá una ventaja competitiva en el mercado. Por lo tanto, la ciberseguridad no solo se vuelve una necesidad operativa, sino un valor esencial para construir y mantener la confianza del cliente.
Por otro lado, además del impacto en la reputación y confianza del cliente, los ciberataques pueden provocar consecuencias financieras importantes. Los costos derivados de la respuesta inmediata a un ciberataque no son solo las pérdidas financieras que una empresa puede tener tras este tipo de ataques, sino que las pérdidas a largo plazo también deben ser consideradas. Estas son desencadenadas tras la disminución de ventas debido a la pérdida de confianza del cliente.
La ciberseguridad supone, entonces, una inversión preventiva no solo para protegerse contra posibles ataques o para salvaguardar la confianza del cliente, sino también para su bienestar financiero. Aquellas empresas que aseguran sus datos están asegurando su propia sostenibilidad.
Ciberataques, ¿Desafíos u Oportunidades?
En el ámbito empresarial, los ciberataques suelen ser percibidos como preocupaciones operativas más que estratégicas, a pesar de la creciente importancia de la transformación digital en las empresas. A menudo, los ciberataques se suelen ver como incidentes aislados y no como riesgos impredecibles, lo que supone una falta de priorización estratégica de la ciberseguridad en la toma de decisiones.
Sin embargo, tras un ciberataque se suele experimentar un cambio de mentalidad de ver la ciberseguridad como una operación reactiva a una estrategia preventiva y proactiva. Este cambio consiste en fortalecer las capacidades de la empresa, ya que se identifican debilidades en múltiples áreas, no solo en la parte de la ciberseguridad, lo cual impulsa el aprendizaje organizacional y la integración entre los equipos de negocios y los de tecnología.
Adoptar este tipo de mentalidad estratégica hacia la ciberseguridad brinda a las empresas ciertas oportunidades como la diferenciación en el compromiso de la empresa con la protección de los datos de sus clientes, se puede aprovechar para formar a los clientes sobre prácticas para proteger mejor sus propios datos y, entre otros, se puede aprovechar para impulsar la innovación, lo cual puede dar lugar a nuevas herramientas, servicios o productos. En definitiva, comprender de manera integral la ciberseguridad permite a las empresas adaptarse y, con ello, crecer.
Conclusiones
En respuesta a la cuestión planteada en un principio sobre cómo un desafío como un ciberataque puede convertirse en una oportunidad para fortalecer la confianza del cliente y mejorar la percepción de una empresa en el mercado, se ha expresado que la ciberseguridad no solo representa una barrera defensiva, sino que también puede transformarse en un valor diferencial estratégico para las empresas.
Durante el análisis, se ha observado cómo los ciberataques afectan significativamente no solo a la reputación y la confianza del cliente, sino a los gastos a corto y largo plazo de una empresa. Se ha destacado la importancia de invertir en estrategias sólidas de ciberseguridad, no solo para proteger los activos digitales, sino para fortalecer la relación con los clientes, asegurando así, la sostenibilidad financiera de la empresa.
Este enfoque estratégico que se debe tomar antes de un posible ciberataque presenta oportunidades más allá de la mera protección contra ciberataques. Proporciona una base para la diferenciación de una empresa, la educación del cliente en prácticas de seguridad, el impulso a la innovación y el crecimiento adaptativo de la empresa. Se abre la puerta a futuras investigaciones que exploren a fondo el impacto de la mentalidad estratégica en la resiliencia y el crecimiento empresarial.