Has considerado la seguridad de los dispositivos médicos implantables, como marcapasos y estimuladores nerviosos, en un entorno tan arriesgado?
Imagina a María, una mujer que vive una vida que late al compás de su marcapasos para cada latido vital. Un día, en pleno paseo, su pecho se sacude con una pulsación desconcertante, pero no es el eco confiable de su corazón, sino la inquietante vibración de un ataque cibernético. Este evento desconcertante no solo pone en peligro la estabilidad de María, sino que destapa una realidad amenazante en el sector sanitario. Esta historia es solo un ejemplo de la urgente necesidad de abordar la seguridad en estos dispositivos en nuestra vida cotidiana.
Los avances en tecnología médica han experimentado un progreso significativo, optimizando la forma en que los médicos proporcionan atención y elevando la calidad de vida de los pacientes. Este progreso se refleja en los dispositivos médicos implantable (IMD) los cuales controlan o mejoran el funcionamiento de distintas partes del cuerpo para tratar condiciones médicas. En la actualidad, la tecnología sanitaria en IMD se compone de 5 elementos principales: IoMT (Internet of Medical Things), cloud, IA y ciberseguridad entre otras disciplinas.
A pesar de la importancia de la defensa contra estos ataques, los equipos de salud implantables son un blanco atractivo para los ciberdelincuentes. Esto se debe a la información sensible que manejan y a su susceptibilidad a ceder ante presiones económicas debido a su importancia crítica.
Según Bill Aerts, “la mayoría, si no todos, de los dispositivos implantables poseen algún tipo de fallo de seguridad o vulnerabilidad potencial, o han sido concebidos sin considerar adecuadamente la seguridad” Además, señala que “su potencial vulnerabilidad radica en la necesidad de transmitirse con sistemas externos al cuerpo.”
Entre otras noticias impactantes del sector, resalta el informe compartido de Check Point, una empresa israelí dedicada a la investigación y desarrollo. Según sus hallazgos “En octubre de 2021, más de 100 ataques individuales de ransomware impactaron a 2.300 instituciones médicas en Estados Unidos, afectando a 20 millones de registros de pacientes, generando un costo de 8.000 millones de dólares solo en tiempo de inactividad”. Por otro lado, se menciona datos relevantes sobre la situación de la información médica en España, dando énfasis en que se encuentra entre los 5 países más atacados de la última década.
Ante la gravedad de la situación, este artículo se presenta como solución delineando de manera precisa los pasos concretos que deben seguirse para mitigar estos riesgos. Proporciona “10 estrategias clave para garantizar la seguridad de dispositivos médicos”.
A modo complementario, es imperativo destacar la trascendencia de la tríada CIA (Confidencialidad, Integridad y Disponibilidad) como apoyo a las estrategias a tener en cuenta en la protección de los IMDs, asegurando la privacidad de la información crítica, previniendo alteraciones no autorizadas de datos y gestionando cuidadosamente el acceso. Esta tríada eleva la seguridad de los dispositivos.
Al leer el artículo, se descubre, que, así como en la historia de María, la salud puede ser vulnerable a amenazas cibernéticas. Pero al igual que ella encontró su equilibrio, nosotros también podemos encontrar maneras de proteger esos latidos digitales.