Debido a la constante digitalización de las empresas, los riesgos de ciberataques en sus sistemas informáticos están aumentando, lo que provoca a empresas de todo el mundo grandes pérdidas de dinero. Esto está llevando a las organizaciones a seguir aumentando su presupuesto en seguridad informática, por lo que se espera que el mercado de la ciberseguridad logre llegar a los 131.800 millones de dólares en ingresos este año.
Llegando a aumentar un 20% para 2023 y llegar a los 158.800 millones. Estados Unidos, China y Reino Unido son los principales focos de inversión, ya que llegarán a acaparar el 55% del valor del mercado.
El crecimiento del mercado de la ciberseguridad
El crecimiento del mercado de la ciberseguridad ha ido avanzando a medida que han ido pasando los años, influido por la necesidad de las empresas de incorporar perfiles de ciberseguridad a sus plantillas para mantener la seguridad de sus sistemas. La crisis de la COVID-19 obligó a las empresas a acelerar sus procesos de digitalización, y con ello la necesidad de proteger sus sistemas informáticos.
A pesar del continuo crecimiento de la inversión en ciberseguridad, el número de ciberataques alcanzó un máximo histórico el año pasado. El teletrabajo también influyó en el crecimiento de los ataques informáticos, ya que los empleados que trabajan desde sus casas están más desprotegidos frente a fraudes informáticos.
La automatización de la ciberseguridad
Los cibercriminales empiezan a ser cada vez más impredecibles, por lo que el desafío de mantener los entornos digitales protegidos es cada vez mayor. Por ello las empresas, para garantizar la seguridad de sus sistemas, necesitan una combinación de estrategias y herramientas que les ayuden a construir un sistema de protección frente a posibles ataques informáticos.
La automatización de la ciberseguridad combina herramientas y procesos para ejecutar actividades relacionadas con la seguridad informática. Estas herramientas son las encargadas de llevar a cabo tareas rutinarias y repetitivas, por lo que con la implantación de la automatización en la ciberseguridad se podrá reducir la intervención humana en los sistemas informáticos y con ello, los posibles errores humanos que puedan crear brechas en los sistemas informáticos.
Tendencias del futuro de la ciberseguridad
El futuro de la ciberseguridad requerirá enfoques innovadores y una constante adaptación a medida que evolucionan las amenazas.
- Inteligencia Artificial y Aprendizaje Automático: La Inteligencia Artificial y el aprendizaje automático desempeñarán un papel crucial en la detección y prevención de amenazas cibernéticas. Estas tecnologías permiten identificar patrones y comportamientos anómalos en grandes conjuntos de datos, lo que ayuda a anticipar y combatir ataques de manera más eficiente.
- Internet de las Cosas (IoT): El crecimiento del IoT también implica un aumento en las superficies de ataque. La seguridad de los dispositivos conectados y la protección de los datos transmitidos se convertirán en prioridades clave para las empresas y los fabricantes.
- Protección de datos personales: Con la implementación de regulaciones de privacidad más estrictas, como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) en Europa, se espera un mayor enfoque en la protección de datos personales.
- Ciberseguridad en la nube: Con el crecimiento continuo de los servicios en la nube, la seguridad de los datos y las aplicaciones almacenadas en entornos de nube se vuelve cada vez más crítica.
- Ciberseguridad en sectores críticos: La protección de infraestructuras críticas, como el sector energético, financiero y de salud, será una prioridad clave en el futuro de la ciberseguridad. Los ciberataques dirigidos a estos sectores pueden tener consecuencias devastadoras, por lo que se requerirán medidas de seguridad avanzadas y colaboración entre las organizaciones y las agencias gubernamentales.
Amenazas futuras en la ciberseguridad
A medida que la tecnología avanza, también lo hacen las amenazas cibernéticas. Algunas de las amenazas futuras en el ámbito de la ciberseguridad incluyen:
- Ataques de Inteligencia Artificial (IA): A medida que la IA se vuelve más sofisticada, también existe el riesgo de que los atacantes utilicen esta tecnología para llevar a cabo ataques más avanzados.
- Amenazas en la Internet de las Cosas (IoT): Con el crecimiento exponencial de dispositivos conectados, la seguridad de la IoT se ha vuelto cada vez más preocupante. Los dispositivos IoT suelen tener vulnerabilidades de seguridad y pueden ser utilizados como puntos de entrada para ataques más grandes.
- Ransomware avanzado: El ransomware es un tipo de malware que cifra los archivos de una organización y exige un rescate para su liberación. En el futuro, se espera que los atacantes desarrollen un ransomware más avanzado y sofisticado que sea capaz de evadir las defensas tradicionales y causar un mayor impacto.
- Ataques a la inteligencia artificial y el aprendizaje automático: A medida que la IA y el aprendizaje automático se utilizan cada vez más en sistemas críticos, existe el riesgo de que los atacantes manipulen los datos o los algoritmos para alterar los resultados y causar daño. Esto podría tener implicaciones graves en áreas como la salud, la seguridad pública y las finanzas.
- Ataques a la cadena de suministro: Los atacantes están recurriendo cada vez más a la cadena de suministro como punto de entrada para infiltrarse en organizaciones. Pueden comprometer proveedores de servicios o software utilizado por la organización y utilizarlo como punto de partida para lanzar ataques más amplios.