El siglo XXI está caracterizado por la omnipresencia de la tecnología digital en todos los aspectos de la vida , es así como los datos personales se han convertido en el nuevo petróleo para algunos, alimentando los motores de las grandes empresas tecnológicas. Servicios «gratuitos» como redes sociales, redes profesionales y motores de búsqueda, generan ingresos multimillonarios al monetizar la información de los usuarios. Este artículo explora cómo gigantes como Facebook y Google han construido imperios económicos basados en la publicidad dirigida, utilizando datos personales como su principal recurso.
«La cuestión no es si la IA tendrá conciencia, sino si la trataremos como si la tuviera.»
— Jean Baudrillard
Meta: El titán de las redes sociales enfrenta una multa de proporciones igualmente gigantescas
Meta (anteriormente Facebook Inc) es un ejemplo emblemático de cómo los datos impulsan los ingresos. En 2024, Meta generó más de 160 mil millones de dólares estadounidenses en ingresos por publicidad, basada en datos. Este modelo permite a los anunciantes llegar a audiencias específicas, maximizando el impacto de sus campañas. Sin embargo, también ha generado críticas sobre la privacidad y el uso ético de la información personal. Tanto fue así que La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) ordenó a la red social a pagar US$5.000 millones, pues han compartido de forma indebida los datos de 87 millones de usuarios con la consultora política Cambridge Analytica. La sanción impuesta se considera la más alta registrada contra una empresa por infringir la privacidad de los consumidores.
El impacto de la publicidad dirigida
La capacidad de Meta para segmentar audiencias ha revolucionado el marketing digital, ha permitido a numerosas empresas optimizar la efectividad de sus campañas al dirigirse a personas con más probabilidades de transformarse en clientes. Sin embargo, esta precisión plantea preguntas sobre el consentimiento informado y la transparencia en el uso de datos.
Google: El rey de las búsquedas
Otro titán en el negocio de los datos, es Google, bajo su empresa matriz Alphabet. Según el reporte oficial de Alphabet. En 2024, Google generó un ingreso total de 350,018 millones de dólares y cerca del 75.6%, provinieron de la publicidad digital. Su modelo de negocio incluye herramientas como Google Ads, Google Cloud y YouTube, que utilizan algoritmos. Al igual que Meta, Google también ha enfrentado sanciones legales, como la demanda por rastreo de ubicación que resultó en un acuerdo de US$392 millones con 40 estados de EE. UU.
El dominio de la publicidad digital
Google tiene un alto nivel de control sobre las empresas y cómo estas se dan a conocer hacia sus consumidores. El dominio de Google en el mercado publicitario puede limitar la imaginación, restringiendo enfoques más innovadores al establecer condiciones que las empresas deben seguir para competir, siguiendo un marco específico. Esto genera tensiones entre la equidad necesaria para proteger la competencia y las prácticas que podrían favorecer un control desmedido del mercado.
Más empresas que adoptan prácticas dudosas
No solo Meta y Google enfrentan escrutinios legales. Apple, conocida por su enfoque en la seguridad, también ha enfrentado críticas por permitir el acceso a datos en ciertas circunstancias, como colaboraciones con gobiernos. Amazon ha sido cuestionada por el uso de datos recopilados a través de dispositivos como Alexa, lo que genera inquietud sobre la privacidad en el hogar, ya que esta almacena datos incluso cuando está inactiva. ¿Acaso no estamos a salvo ni en la “privacidad” de nuestro hogar?
El impacto en la percepción del consumidor
El conocimiento de estas prácticas ha llevado a los consumidores a cuestionar la ética de estas empresas. La desconfianza ha llevado a usuarios de Facebook a darse de baja de la red social. En el caso de Amazon y Alexa, los problemas relacionados con la privacidad han contribuido a pérdidas significativas en su división de dispositivos y servicios. Por otro lado, Apple, a pesar de las críticas sigue manteniendo en pie su pilar fundamental, “La seguridad”, y nos deja en claro que la transparencia y el consentimiento informado son esenciales para mitigar estas preocupaciones.
El valor de los datos personales
Los datos personales no solo son valiosos para las empresas, sino también para los anunciantes que buscan maximizar su retorno de inversión. Según un informe de Statista, se prevé que el mercado global de datos alcance un valor de 103 mil millones de dólares en 2027. Más del doble de su tamaño de mercado esperado en 2018, las empresas han sabido exactamente cómo manejar la información personal de sus usuarios. En un mundo donde la personalización se ha vuelto parte fundamental de la experiencia del cliente, estos gigantes saben cómo sacarle provecho y es que, con una participación del 45 por ciento, el segmento de software se convertiría en el gran segmento del mercado de big data en 2027.
Regulación y futuro
Para responder a esta creciente demanda se ha llevado a la implementación de regulaciones como el GDPR en Europa, que exige mayor transparencia en el uso de datos, requisitos para sistemas de IA de alto riesgo, entre otras. Estas regulaciones van acompañadas de fuertes sanciones económicas y legales para las empresas que las infrinjan. Sin embargo, el cumplimiento varía y las empresas continúan buscando formas de maximizar sus ingresos sin infringir las leyes.
Conclusión
Aunque los servicios «gratuitos» ofrecen innegable comodidad, el costo real a menudo es la privacidad de los usuarios. Este intercambio suscita importantes dilemas éticos sobre el consentimiento informado y el uso masivo de datos. Las empresas que prioricen la privacidad, la transparencia y el respeto por los datos de los usuarios no solo fortalecerán su reputación, sino que también evitarán convertir la personalización en manipulación. Y nosotros, como usuarios, estamos en la obligación de informarnos acerca de los cambios en esta nueva era, tomando medidas para proteger nuestra privacidad. Optar por servicios con políticas claras de datos, ajustar configuraciones de privacidad, utilizar herramientas como navegadores y buscadores enfocados en la privacidad y reflexionar antes de compartir información personal son pasos esenciales.
Autor: Leidy Karina Reyes González